Por José Pérez Debelli
Presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF)
Como ANEF valoramos que en una democracia moderna las políticas públicas se aborden y debatan desde diversos puntos de vista, ya que somos nosotros, los funcionarios públicos, los que ejecutamos dichas medidas. Por eso, consideramos relevante las invitaciones del Ministerio de Hacienda a los Diálogos Sociales Tributarios, como el último en el que participaron las Pymes, la CPC, el SII, la CUT, nosotros como ANEF y la academia, ya que es la forma de avanzar en una democracia madura, donde gracias a distintas miradas se pueden visualizar las necesidades de la población y darles solución. Este es el camino para encontrar las mejores estrategias que permitan satisfacer dichas carencias.
No obstante, particularmente desde el movimiento sindical, somos críticos cuando en estos diálogos sólo se abordan los aspectos técnicos, esa mirada tecnocrática que a veces es predominante y que impide que otras iniciativas puedan tener una capacidad de madurez política en esta responsabilidad.
Es por tales motivos que parece extraño el portazo de la CPC tras la última mesa de diálogo, en la que también participamos como ANEF, ya que sus representantes reconocían que había puntos de encuentro con los y las trabajadoras, con las pymes y la sociedad civil, pero se preguntaban cuál es el fondo del tema y qué es lo que no permite avanzar. En este punto, no es bueno tener una mirada sólo desde un punto de vista ideológico, sino que se deben ser sinceros y apuntar correctamente a las iniciativas que ayuden a profundizar el debate democrático, que tuvimos en un momento.
Entonces, uno se pregunta también y coloca en perspectiva cuáles son los avances para nuevos modelos de gestión, los que sin duda cada vez deben ser más inclusivos y sustentables, ya que ese es el énfasis que nosotros miramos también como una ventana al desarrollo.
Es aquí donde nuestros compañeros y compañeras de Servicio de Impuestos Internos han puesto sobre la mesa y emplazado sistemáticamente de manera muy profesional la necesidad del nuevo pacto tributario para nuestro país, y que se establezca con claridad también aquellos aspectos que son sustantivos para saber cuánto recaudar, de quiénes recaudar y cómo recaudar. Lo anterior, ayuda a que la Reforma Tributaria, que se han discutido en las últimas décadas, otorgue un nuevo marco a una estabilidad con justicia fiscal y desarrollo sostenible. Esos son los pilares que nosotros desde el mundo del trabajo hemos planteado. Entonces, ahí tenemos un diagnóstico claro y un apoyo incluso técnico.
Luego del último Diálogo Tributario Social, salió un informe de la OCDE que deja claro que en nuestro país todavía estamos no solamente lejos de los principales países del mundo, sino que también muy atrás en recaudación, y prevención de la elusión y evasión, que también son parte de los énfasis que se deben mirar y observar, esto porque los grandes patrimonios y la concentración de la riqueza deben tributar por lo que tienen, y no buscar subterfugios vía grandes consorcios que operan para que las grandes empresas puedan tener más utilidades, sin responder a las necesidades del país. La mejor distribución es clave para que Chile alcance Dignidad para todos y todas.