Las luces son uno de los elementos más importantes de un vehículo. Trata de revisarlos periódicamente para evitar accidentes a causa de la poca visibilidad en zonas oscuras.
Hay muchas cosas que se pueden amar de la noche, pero conducir después del anochecer presenta una cuota de peligros.
Los focos de tu auto proporcionan una ayuda inestimable cuando el sol se hunde en el horizonte, proporcionando la iluminación que necesitas para viajar con seguridad. Pero es importante recordar que los focos necesitan un cuidado y un mantenimiento adecuados para funcionar con eficacia.
A continuación, te ofrecemos cinco consejos para el mantenimiento de los focos de tu auto. Recuerda que, si vez que una de tus luces no funciona, cámbiala de inmediato por una de repuesto.
Límpialos con regularidad
Si la suciedad o la mugre se acumulan en el parabrisas, lo más probable es que te detengas en una gasolinera y lo limpies porque es más difícil ver a través de él. Aunque son menos evidentes que un parabrisas sucio, los focos sucios también pueden dificultar la visibilidad. Hacen más difícil que la luz de las bombillas ilumine el camino por delante.
Para limpiarlos, utiliza un paño de microfibra húmedo y quita la suciedad de los focos de tu auto cada semana. Así te asegurarás de que el polvo y la mugre no impidan que los focos te mantengan seguro.
Soluciona el enturbiamiento y el amarillamiento
Los focos que están amarillentos o nublados emiten menos luz. La luz del sol es uno de los factores que causan el amarillamiento y puede desgastar el plástico de la estructura del foco, haciendo que se vuelva turbio y opaco. El smog y los productos químicos del motor de tu auto también pueden amarillear los focos.
Los sistemas de restauración de focos hacen un buen trabajo para devolver a los focos amarillentos su antigua gloria. Si todo lo demás falla, pásate por tu concesionario local para que te cambien los focos.
Comprueba la iluminación
A veces un foco se apaga antes que el otro. Si tienes un foco menos en uso, significa que estás trabajando con menos iluminación y eso puede comprometer la visibilidad.
Aunque un foco fundido reduce la visibilidad, no siempre es fácil saber si tienes este problema desde el volante. Por eso es necesario realizar mantenimiento periódicamente.
Para comprobar la iluminación, estaciona el auto, enciende los focos y sal a dar una vuelta para asegurarte de que ambos funcionan. Otra opción es estacionar frente a una pared o puerta de garaje y comprobar la superficie para asegurarse de que ambos funcionan como deberían.
Comprueba la alineación de las ruedas
La mayoría de la gente sabe que unas ruedas mal alineadas pueden causar problemas al conducir un auto. Pero puede sorprender a algunos saber que los focos pueden desplazarse, causando problemas de seguridad para los conductores y sus pasajeros.
Los focos están construidos para dirigir sus luces en la misma dirección, pero las sacudidas causadas por los baches y las superficies rugosas de la carretera pueden desalinearlos. Los accidentes, ya sean leves o graves, también pueden desplazar las luces.
Sustituye las luces en parejas
A veces un foco se apaga antes que el otro. En estos casos, es conveniente sustituir no sólo la ampolleta fundida, sino también la que funciona. Si una luz ha fallado, es probable que la otra le siga pronto, así que sé previsor.
Sustituir las luces del auto de esta manera evitará que conduzcas con una sola ampolleta funcional.