Recientemente se adoptó una nueva norma para reducir la contaminación lumínica en todo el país, con el fin de preservar la biodiversidad y el cielo nocturno.
Esta medida busca proteger la biodiversidad, la salud humana y la calidad astronómica de sus cielos mediante estrictas regulaciones sobre iluminación artificial, vigentes ya desde octubre.
Y es que el país está dando un paso considerable en su lucha contra la contaminación lumínica con la implementación de una nueva normativa. Este marco legal busca mitigar los efectos negativos de la luz artificial, tanto en la salud de las personas como en la biodiversidad, además de preservar la calidad de los cielos nocturnos.
En Chile, se han identificado más de 100 focos de contaminación lumínica repartidos de norte a sur, desde parques hasta anuncios publicitarios. En lugares urbanos como la Región Metropolitana, destacan zonas como la Plaza Ñuñoa y espacios como el Museo Interactivo Mirador, que concentran quejas por iluminación excesiva y deslumbrante.
Tecnología LED: ¿Solución o problema?
La llegada de la tecnología LED, reconocida por su eficiencia energética, parecía ser una solución a la contaminación lumínica. No obstante, su alto contenido de luz azul resultó ser contraproducente.
Según expertos, la luz azul se dispersa más en la atmósfera, incrementando el brillo artificial del cielo. Además, la luz fría de estos dispositivos afecta la producción de melatonina en las personas, una hormona clave para regular el sueño. Su alteración puede provocar trastornos como insomnio, fatiga diurna y problemas metabólicos.
Por ello, el estudio de este fenómeno ha demostrado implicaciones mucho más amplias, afectando a la fauna silvestre, alterando el bienestar humano y planteando desafíos en torno al ahorro y generación de energía.
¿Cómo es la nueva ley?
La nueva norma lumínica busca reducir la emisión de luz azul en todo el país.
Entre los cambios más relevantes se encuentran:
- Reducción del porcentaje de luz azul: De un 15% actual a un 7% en todo el territorio, con restricciones más severas del 1% en Áreas de Protección Especial.
- Ampliación de los objetivos de protección: Incluyendo la salud humana y la biodiversidad como prioridades, además de la calidad astronómica de los cielos.
- Regulación de horarios y luminosidad: Para evitar el uso innecesario de luces brillantes en espacios públicos y privados.
Estas disposiciones serán complementadas por iniciativas de ciencia ciudadana que permiten identificar y reportar fuentes de contaminación lumínica mediante plataformas geolocalizadas.