El Apruebo ya no tiene oportunidad de ganar el plebiscito Un proceso constituyente que se inició desde la intolerancia y la violencia, impulsado por actores políticos que participaron activamente de la trama que buscó desde un principio deslegitimar la Carta Magna para evadir las responsabilidades.

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Columna de Sebastián Cristi

Las últimas encuestas mantienen una infranqueable diferencia de 10 puntos a favor de la opción Rechazo frente al plebiscito por una nueva Constitución a efectuarse en apenas 3 semanas más en Chile.

Esta tendencia se ha mantenido firme semana tras semana, y tras esos resultados estadísticos, los diferentes actores por ambas opciones han reforzado su campaña, sin embargo para los políticos que presionan la opción Apruebo, no hay buenas noticias.

La amplia diferencia que deja al Apruebo por debajo del Rechazo en todos los testeos ciudadanos, se debe a varios factores que los encargados de la campaña no quisieron recoger, incluso cuando las críticas provienen de su mismo sector.

El más importante de ellos es sin duda la pasada de revoluciones que tuvieron los propios convencionales al redactar el texto, en el que dejaron plasmado un espíritu divisionista del país al constituir más de 10 naciones diferentes que, aunque el artículo 3 sindica como pertenecientes al Estado, en el artículo 34 termina entregándole a cada una de esas “naciones” autonomía de Gobierno, económica, social, jurídica y otros.

La cantidad de contradicciones que contiene la propuesta es aplastante al momento de ser leída, y este es el principal motivo por el que actores relevantes y la propia ciudadanía están optando por la opción Rechazo.

Otros temas estructurales que han generado anticuerpos frente a la propuesta son los relacionados con el sistema de justicia, creando múltiples órganos territoriales dependientes de las “nuevas naciones” que operarían en paralelo a la judicatura nacional, dejando en una espesa nube quiénes y cómo aplicarían la Ley en cada caso. Además se suma la negativa de la Convención Constitucional para incorporar los asuntos relacionados con la propiedad privada, entregando al Estado el control de los ciudadanos por medio de cesiones, como la “vivienda digna” en lugar de la propiedad digna. Asunto que ha causado muchas dudas acerca de cuál es la verdadera intención de esta propuesta constitucional frente a todos los temas mencionados, y otros más.

Además del contenido de la propuesta, que ya es suficiente para no ser aprobado por la forma en que perjudica al país, sus posibilidades de entregar mejor salud, educación y pensiones a la ciudadanía, junto a la ausencia absoluta de artículos que incentiven la inversión en el país, la desesperación del Gobierno que necesita la Nueva Constitución de forma urgente para poder seguir siendo Gobierno, se ha hecho notar. Y como todos sabemos, decisiones desesperadas para revertir una realidad, solamente provocan mayor desconfianza.

La ciudadanía se ha manifestado en contra del intervencionismo del Gobierno en este proceso, y sin embargo Gabriel Boric, sus ministros y los alcaldes del Frente Amplio y el Partido Comunista han optado por continuar con su no prescindencia, lo que finalmente ha ubicado la opción Apruebo como la bandera de los políticos de la ultra izquierda chilena, hecho que tampoco los favorece. Es un error garrafal en estrategia política, sobre todo porque en este caso específico los votantes del apruebo en el plebiscito de entrada se declaran no comunistas, debido probablemente a que no se han dado cuenta que votando por comunistas y levantando las consignas del comunismo, se transforman precisamente en eso de lo que reniegan. Pero reconocerlo abiertamente es otro tema, y al parecer su convencimiento de que no son de izquierda es tan sólido, que en esta pasada -el plebiscito de salida- han preferido desmarcarse de la línea oficial.

Por otro lado está la estrategia comunicacional que el comando del Apruebo ha instalado, otro inmenso error porque, si bien el tiempo que queda para el 4 de septiembre es de apenas 19 días, es suficiente para que se descubra a la opinión pública la falta a la verdad de esta campaña. Me refiero a la genial idea que está utilizando la izquierda chilena para cancelar a sus adversarios por medio del ataque personal, en lugar de las ideas por un lado. Y por el otro, intentan levantar que cualquiera que se oponga al texto, es un generador de Fake News o directamente lo tratan de mentiroso. Sin embargo son demasiadas las instancias en las que expertos en los diferentes temas han salido a demostrar que la propuesta sí contiene las falencias denunciadas y, la gente lo está asimilando.

En la recta final de los 19 días, el Gobierno optó por cambiar la estrategia y ante la evidencia de haber sido descubiertos ellos con sus falacias frente al texto, y luego el propio texto con el peligro que representa para la paz, la unidad, el progreso, las oportunidades y el concepto Nación de Chile,  optaron por reconocer que la propuesta efectivamente contiene errores insalvables y, decidieron lanzar el “Apruebo para Reformar”, reconociendo directamente que el texto de la nueva Constitución es deficitario y necesita ser modificado. Algo que juega en contra del propio Apruebo, la aguja no se moverá a su favor y muy probablemente se estrelle contra nuevos decepcionados.

La posibilidad de que gane el Apruebo en el plebiscito se aleja cada vez más por el intervencionismo del Gobierno y por la intolerancia de los progresistas que defienden el texto sin entenderlo, lo que provoca momentos humillantes al momento en el que deben debatirlo con otras personas que sí han revisado en profundidad no solamente lo que dice, sino también -y principalmente- con lo que significa.

Una propuesta constitucional que nació de un proceso viciado por la violencia y por la incapacidad de los políticos de izquierda y derecha para recocer sus propios errores e indolencia frente al pueblo chileno que está pagando las consecuencias, no es una buena propuesta para el Chile de hoy ni el del futuro.

Chile se merece mucho más que eso. Habrá que esperar al 5 de septiembre cuando, como se prevé, gane el Rechazo y la gente comience a salir a las calles a manifestarse para exigir a los políticos que trabajen para resolver los problemas de los chilenos. Diputados y Senadores tendrán que entregar muchas explicaciones en los meses que vienen pero, lo principal es que la ciudadanía se levante y los presione para que le den importancia a los asuntos que afectan a los chilenos, y terminen de una vez con la legislación ideológica en la que están envueltos desde hace décadas, abandonando la legislación para todos los chilenos.

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La decadencia moral de la Clase Política chilena El comportamiento de todos los sectores políticos durante las últimas décadas, ha demostrado con holgura la falta de ética y moral por parte de sus actores. Ningún sector político está en condiciones de declararse moralmente superior.

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Columna de Sebastián Cristi

No es casualidad que el Ministro Secretario General de la Presidencia de Chile, Giorgio Jackson, haya hecho declaraciones destempladas contra los políticos que anteceden a su generación. En una transmisión vía Twitch junto a un conocido gamer, el ex diputado y ahora ministro del Gobierno de Gabriel Boric dio a conocer su posición frente a la “antigua política”, situando al Frente Amplio y sus componentes en un sitial de superioridad moral frente a las generaciones anteriores de políticos.

Esta actitud de Giorgio Jackson, si bien tiene sustento en cuanto al comportamiento general de la clase política en Chile durante las últimas décadas, terminan por instalar en la sociedad una verdad absoluta respecto de la decadencia moral general que rodea a los políticos, pero dista mucho de separar a unos de otros.

Giorgio Jackson en ningún caso podría convertirse en un ejemplo a seguir al momento de referirse a la moral que debe imperar en política, y esto es porque él mismo se ha visto frecuentemente involucrado en situaciones que moralmente son incompatibles con su propia definición de altura moral.

El ahora Ministro fue quien le decía a las personas que él donaba la mitad de su sueldo como diputado, resultando finalmente en la entrega del 50% de sus ingresos a su propio partido político, que luego eran utilizados para sus propias campañas de reelección. Posteriormente se abrió una nueva arista de fraude en la que él estaría involucrado, con el desvío de fondos de la campaña de Karina Oliva para ayudar a financiar la de Gabriel Boric en la primera vuelta presidencial del 2021.

De este modo, la supremacía moral auto inferida por Giorgio Jackson no es tal, y solo corresponde a un discurso político para intentar descolgarse del cuestionado comportamiento general de los políticos de la Concertación y de Chile Vamos.

Esta actitud de los jóvenes recién llegados a la política no es casual ni tampoco corresponde a una superioridad ética o moral real, en ningún caso. La sociedad chilena está siendo testigo de una decadencia moral sin parangón en nuestra historia por parte de una generación en la que no solamente se incluye a los políticos involucrados, sino a toda una generación que ha tomado esta línea de pensamiento, en la que si no piensas como yo, te cancelo.

La Cancelación del adversario político es parte de la estrategia de una izquierda que explota la intolerancia y pretende imponer una supremacía valórica en base a discursos y narrativas vacíos, sin sustancia alguna en ese sentido, pero apelando contantemente a las emociones para atraer adherentes a esta nueva “corriente moral”, aun cuando por definición, es absolutamente inmoral al obviar el comportamiento anti ético, la relatividad moral en que se incurre permanentemente justificando los actos para su sector y para el otro no,  y los fraudes en los que se ven permanentemente involucrados.

La no prescindencia del Gobierno, de cada Ministro, de alcaldes y otras autoridades oficialistas, de cara a la propaganda por el Apruebo para el plebiscito del 4 de septiembre, han convertido la moral en un valor muy cuestionable si se trata de los sectores progresistas, y a ello debemos sumar el nepotismo despiadado que ha azotado a las instituciones de manos del oficialismo mostrando a los ciudadanos que quienes decían haber llegado para eliminar las malas prácticas en política, resultaron ser tanto o más inmorales que los anteriores, o los de la “antigua política”.

El Gobierno actual no tiene altura moral para hablar de moral. El mismo Presidente Boric llegó al poder tras el uso de estrategias reñidas con la honestidad mínima y la vocación de servicio público exigible a un candidato a tan alto cargo. Entre la primera y segunda vuelta modificó por completo no solamente su apariencia, también utilizó mentiras descaradas que contradecían toda su historia política, de violencia y revolución, y se alineó con las instituciones que durante su carrera anterior pretendió derribar desde el Congreso.

De todos modos, esta estrategia fue facilitada ampliamente por los políticos de la camada anterior, que efectivamente fueron quienes iniciaron la escalada de corrupción y nepotismo al interior del Congreso, los últimos 6 Gobiernos que ha tenido Chile, el Poder Judicial y los propios partidos políticos de derecha e izquierda que no han tenido ningún asomo de ética al momento de actuar para enriquecerse y eternizarse en el poder.

Hoy ningún conglomerado o coalición está en condiciones de arrogarse una estatura moral mínima que les permita siquiera soñar con ser superiores a los demás. Cada político chileno, por acción u omisión, es cómplice de la actual decadencia política que ha convertido a nuestro país en una bola bamboleante y sin control, y que en cualquier momento puede terminar al fondo de un precipicio del que luego será muy difícil salir.

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El Complot Izquierdista en Latinoamérica

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Entrevista al escritor, abogado y conferencista argentino Nicolás Márquez con un profundo análisis de la izquierda latinoamericana, frente al proceso de derrumbe de las democracias de la Región.

Programa: Sin mordaza
Conduce: Sebastián Cristi

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