El proceso de postventa se ha convertido en un aspecto clave para las inmobiliarias, no solo por los desafíos que implica, sino también por la oportunidad de ganar credibilidad y fidelizar clientes.
Con compradores cada vez más exigentes y atentos a cada detalle de sus nuevas viviendas, las empresas deben recurrir a diferentes herramientas como la tecnología para ofrecer un servicio eficiente y efectivo.
Comprar una vivienda es uno de los hitos más importantes en la vida de cualquier persona, ya sea como hogar o inversión. Sin embargo, este proceso no termina con la entrega de las llaves: el servicio de postventa es el puente que asegura la satisfacción del cliente ante posibles defectos o problemas en la propiedad adquirida.
Para los propietarios, esto representa tranquilidad, mientras que para las inmobiliarias significa cumplir con altos estándares de servicio.
En un contexto de mayor exigencia, los compradores evalúan la postventa como un complemento indispensable de su inversión. La pandemia, sin embargo, complicó este servicio, con restricciones que limitaron las reparaciones y generaron atrasos en las respuestas. A pesar de esto, muchos clientes mostraron comprensión, aunque esta paciencia podría no extenderse mucho tiempo.
Según este análisis, durante la pandemia la mayoría de los clientes fueron comprensivos, pero al pasar más tiempo en sus casas, detectaron pendientes que habían ignorado y comenzaron a solicitar más servicios que aumentaron los servicios de postventa.
Principales problemas en la postventa
Los reclamos más frecuentes que enfrentan las inmobiliarias en el proceso de postventa están relacionados con defectos en la construcción o discrepancias entre lo prometido y lo entregado. Entre los problemas más comunes destacan:
- Puertas: Desajustes, chapas defectuosas o problemas de cierre.
- Revestimientos de muro: Grietas o acabados de mala calidad.
- Áreas comunes: Diferencias entre lo esperado y lo recibido, o problemas de mantenimiento.
- Clósets: Tamaño inadecuado, puertas que no cierran bien o falta de accesorios internos.
- Instalaciones eléctricas: Cortes por malas instalaciones, un inconveniente recurrente en viviendas nuevas.
- Muebles: Calidad inferior o dimensiones diferentes a las especificadas.
Estos problemas, aunque comunes, pueden generar descontento y afectar la relación entre el comprador y la inmobiliaria si no se abordan con prontitud y profesionalismo.
La digitalización ha abierto nuevas posibilidades para el sector inmobiliario. Diferentes plataformas permiten gestionar tanto la venta como la postventa de manera ágil, incluso facilitando la compra de viviendas completamente online. Estas herramientas no solo mejoran la experiencia del cliente, sino que también optimizan los procesos internos de las empresas, reduciendo tiempos de respuesta y garantizando un mejor seguimiento de los reclamos.