- La forma de pago que más creció este año fueron las tarjeta de alimentación, seguidas de las transferencias bancarias directas, que agrupan el 82% de la forma en que los beneficiarios reciben el aporte.
- El 55% recibió entre 30 y 100 mil pesos. Quienes recibieron más de $500 mil (6,5% del total) crecieron 3% respecto del año anterior.
En noviembre de 2023, Edenred percibió que los trabajadores chilenos estaban muy pesimistas frente a la posibilidad de recibir un aguinaldo a fin de año. Probablemente, su disposición se debía a comienzos del mismo año, pasadas las fiestas, tan sólo un 32% de los encuestados reconoció haber recibido el beneficio. Era razonable, entonces, que al término del 2023 las expectativas fueran malas: sólo un 20% esperaba recibir esta ayuda para celebrar Navidad y Año Nuevo. En cambio, la realidad superó con creces las expectativas, este año, un 57% declaró que obtuvo el beneficio, lo que implica un alza de 25% interanual.
La encuesta aplicada durante la primer semana de enero, al igual que en 2023, capturó 1019 trabajadores, tanto del sector público como del sector privado que tienen los servicios de Edenred. Específicamente, entre las empresas, se contó con la participación de compañías de diversos tamaños.
Según explica Cristián Briceño Ribot, Director de Marketing y Customer Success de Edenred, “vemos con alegría el que las empresas sigan haciendo el esfuerzo de pagar este beneficios esperado por todos los trabajadores. Más aún cuando se preocupan de que ellos tengan acceso a financiar la comida de fin de año, porque implica asegurar el espacio de encuentro de las familias. Y esto es un factor en el cual Edenred cree que colabora esencialmente, a través de su tarjeta de alimentación, porque asegura que el gasto sea en eso, en la alimentación, en torno a la cual se festeja con los más cercanos”.
De acuerdo al estudio de este año, se mantuvo la preferencia de las empresas por pagar el bono en efectivo o través de una transferencia bancaria, concentrando nuevamente el 82% como método de pago. En este ítem, el sistema de pago que más cayó fueron las “gift cards”, que representan un 8%, cayendo 3% respecto del período anterior. Al contrario, las tarjetas de alimentación concentraron este año al 5% de las transferencias del beneficio, creciendo un 1%. Los métodos de pago que han tendido a desaparecer son las cajas de mercadería y los regalos directos.
Briceño Ribot entrega las razones para privilegiar los métodos de pago con uso exclusivo, como las tarjetas de alimentación, en torno a dos ejes: primero, son prácticas para los colaboradores y, segundo, permiten a las empresas ahorrar trámites e impuestos. Se trata de una modalidad con la cual, tanto empresas como colaboradores, han tenido buenas experiencias, son seguras y más prácticas, por ejemplo, que una caja de mercadería”.
Otro indicador interesante de observar, según Briceño, es el monto entregado este año. El tramo que abarca los aportes entre $30.000 pesos y los $100 mil pesos sigue siendo el más grande, pero este año agrupó al 65%, mientras el período anterior significó el 52% de los aportes.
Como se ha venido planteando, es relevante considerar cuál es el destino que las personas dan al aguinaldo de fin de año. Al ser entregado en su gran mayoría a través de efectivo o transferencias bancarias (82%), las personas son completamente libres de decidir en qué invertirlo. De hecho se observa que viene creciendo la cantidad de personas que reserva este monto extra para celebrar tanto la Navidad como el Año Nuevo y financiar la comida, “pero también las bebidas”, advierte Briceño. “Sería interesante dejar de promover el consumo de bebidas, tanto alcohólicas como gaseosas, por el impacto que ellas tienen tanto en la salud como en la seguridad de las personas”.
Este año, se vio un incremento del 8% entre quienes reservaron el aguinaldo para las cenas de Navidad y de Año nuevo, de un 55% a un 62,3%. También subió un 3% quienes lo destinaron al uso personal (de 16% a 19%) y 1% los que pagaron alguna cuenta o lo depositaron en algún sistema de ahorro (de 25% a 26%). Quienes cayeron más son los que declaran no haberlo gastado, a esta altura, pasando de representar al 10% a tan sólo un 6%.