El Golpe de Estado de los políticos chilenos Columna editorial de Sebastián Cristi

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El Rechazo se impuso con casi un 62% por sobre el apruebo, devolviendo un aire de normalidad a la actividad en Chile. El día viernes, dos días antes del plebiscito, el dólar cerró a la baja, estabilizando los mercados ante las expectativas de triunfo de la opción contraria a la propuesta y, con ello, la esperanza de comenzar un camino de recuperación de la actividad económica que se vio fuertemente afectada por el ambiente de inestabilidad reinante durante los dos últimos años.

La sola idea de despertar ayer lunes con una nueva Constitución indigenista que buscaba instalar el separatismo en Chile y además con un exceso de incertidumbre alimentada por la falta de apoyo a la economía y la actividad productiva en el texto de la propuesta elaborada por la convención constitucional, era una pesadilla que muy pocos estaban dispuestos a vivir. Probablemente este factor fue el principal detonante de que en los grupos socio económicos de menores ingresos se haya impuesto mayoritariamente el Rechazo, a pesar de la gran cantidad de derechos que contenía la propuesta finalmente desechada por la ciudadanía.

La confianza de los mercados marcó tendencia durante el viernes, sábado y domingo ante la expectativa de que no fuera aprobada la nueva Constitución, pero esta se vio violentamente afectada a partir del domingo en la noche cuando los políticos de inmediato comenzaron a hacer declaraciones en la prensa empujando un nuevo proceso constituyente. Hubo declaraciones del Presidente Gabriel Boric en este sentido, aunque a él se sumaron todas las fuerzas políticas de izquierda y luego las de derecha, donde se destacaron las intervenciones de Javier Macaya (timonel de la UDI), Francisco Chahuán (RN), y desde el extranjero Andrés Allamand y Joaquín Lavín llamando a “una segunda oportunidad”. El Partido Republicano es el único que se ha mantenido distante de la arremetida política contra la voluntad de los chilenos.

También intervino Sebastián Piñera desde un insólito podio, tomando la representación “de toda la ciudadanía” para asegurar que “ellos” cumplirían la promesa de trabajar por una nueva Constitución, involucrando en esa promesa a los políticos de Chile Vamos.

La prensa también tomó posición asegurando que el Rechazo significaba “ir por una nueva”, interpretando la decisión de los chilenos como la puerta abierta para iniciar un nuevo proceso de inmediato.

El dólar es probablemente para la economía chilena el mejor barómetro de la certeza o incertidumbre que provocan las decisiones políticas, y en este caso la moneda norteamericana volvió a subir de golpe el mismo lunes en la mañana, ante la intervención de los políticos chilenos, quienes a pesar de haber sido los principales perdedores con el resultado del plebiscito, aseguran de todos modos representar a la ciudadanía y, en esa supuesta representación  han interpretado que el 62% de los chilenos rechazó “para iniciar una nueva”.

Los políticos de todos los sectores no solamente pretenden mantener el ambiente de incertidumbre que tanto daño le ha hecho a Chile en lo social y económico desde el 18 de octubre de 2019, sino que además están desconociendo la legitimidad del voto ciudadano y violando abiertamente el artículo 142 de la Constitución chilena en su párrafo final, que dice expresamente “Si la cuestión planteada al electorado en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, continuará vigente la presente Constitución”.

El problema que se presenta ante esta situación ilegítima planteada por los políticos, que pretenden imponer un nuevo proceso constituyente a pesar de lo que indica la Constitución, es que ellos (los políticos) mantienen el poder y control sobre los órganos contralores, como el Tribunal Constitucional y la Contraloría General de la República. El Poder Judicial tampoco tiene mayor injerencia sobre las decisiones que toman los partidos y el Gobierno, por lo tanto no existe contrapeso político para evitar que esta gente pase por encima de la Constitución y las leyes, desconociendo la voluntad popular expresada por medio del voto en un plebiscito.

Este nuevo clima generado por los políticos chilenos aumenta la incertidumbre y provocará un daño mayor a Chile, no solo en su producción interna y en el ya crispado ambiente social, sino también en su imagen País, que ya ha sido gravemente afectada con el comportamiento que han tenido los políticos a partir de 2019.

Desde el mundo civil estamos observando con preocupación, pero también con decisión, el intento golpista de los políticos y su decisión de desconocer la decisión expresada en el plebiscito del 4 de septiembre. Ya hemos vivido un largo periodo en el que el país y los chilenos se han visto gravemente perjudicados en su calidad de vida y bienestar, y nuestra posición es clara: Los mismos políticos que han provocado todo el daño que ha sufrido Chile, no pueden estar a cargo de un nuevo proceso constituyente. Exigimos una moratoria constitucional que impida que estas personas que tanto daño han hecho a Chile pretendan hacerse cargo de procesos similares en el futuro.

Y para finalizar, el mundo de las organizaciones civiles debiera comenzar a organizarse para exigir que el Gobierno de Gabriel Boric, en lugar de estar buscando y negociando fórmulas para desconocer el voto de los chilenos, comience a trabajar, a Gobernar y a ocuparse de la alta inflación y el cada vez más deteriorado ambiente social, la seguridad y, sobre todo la economía del país que ya no resisten más experimentos progresistas sobre un país que no se merece la magnitud del daño que le han provocado sus políticos.

Sebastián Cristi

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La desesperada carrera de los políticos por iniciar un ilegítimo nuevo proceso constituyente en Chile A pesar que el artículo 142 establece que al ganar el Rechazo establece que debe continuar vigente la actual Constitución, políticos de izquierda y derecha pretenden desconocer los resultados del domingo iniciando un nuevo proceso.

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El Artículo 142 de la Constitución establece lo siguiente en caso de que venciera la opción Rechazo en el plebiscito que se celebró la noche del 4 de septiembre:

Si la cuestión planteada al electorado en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, continuará vigente la presente Constitución.

Al parecer, los políticos de izquierda y derecha no esperaban que se rechazara la propuesta constitucional, ya que apenas se comenzaron a conocer las tendencias en las encuestas de los últimos meses, comenzaron a plantear en los círculos de poder la posibilidad de comenzar un nuevo proceso en caso que se impusiera el Rechazo.

La izquierda chilena, pro apruebo, no consideró esta alternativa pues estaban seguros de que ganaría su opción. Recién a tres semanas del plebiscito, y cuando los datos indicaban la fuerte posibilidad del triunfo del Rechazo, Gabriel Boric comenzó a plantearse la posibilidad de un “Apruebo para Reformar”, reconociendo con ello que la propuesta contenía artículos que no gustaban a los chilenos. Ni siquiera gustaban a quienes habían votado por él en las presidenciales, electores que él consideraba que serían capital político para el Apruebo.

Lo que llamó la atención fue la arremetida de los políticos y partidos de la derecha. Chile Vamos (UDI, Renovación Nacional, Evopoli) y Republicanos comenzaron a instalar la idea de “Rechazar para Reformar mucho antes que lo hiciera la izquierda, ante la posibilidad de que ganara la opción Rechazo, como finalmente sucedió.

Durante la jornada de ayer, en medio del proceso de votaciones, fue el propio Sebastián Piñera quien inició la carrera para iniciar un nuevo proceso constituyente, al que luego se unieron los presidentes de todos los partidos de derecha anunciando que se unirán al Gobierno de Gabriel Boric para este fin.

Esta postura planteada por los partidos de la derecha es inconstitucional, pues desconoce abiertamente la decisión de los chilenos y también hace caso omiso del Artículo 142 de la Constitución que establecía las reglas que debían ser respetadas para todo el proceso.

Sin embargo todos los presidentes de partidos realizaron declaraciones anoche luego de que se conociera el resultado final que marcó un histórico 61,86% de apoyo al Rechazo, y cada uno de ellos, Francisco Chahuán de RN, Javier Macaya por la UDI, la timonel de Evopoli y Rojo Edwards del Partido Republicano, hicieron sendas declaraciones desconociendo la voluntad popular y anunciando que trabajarían rápidamente junto al Gobierno para iniciar un nuevo periodo de incertidumbre política y social de cara a un nuevo proceso que no está contemplado en la Constitución.

Este comportamiento de los partidos políticos se explica por su desesperación frente a la posibilidad de perder poder. En el Plebiscito ganó el Rechazo porque los ciudadanos se unieron, no por apoyo a esos partidos ni menos por su “trabajo”.

Mantener la actual Constitución, tal como establece el Artículo 142, valida a la Carta Magna y obliga a los partidos a respetarla en toda su extensión, lo que es un impedimento político para el proceder de los partidos que han estado abusando de su poder y pasando desde hace décadas por encima del texto constitucional, transformándolos en ilegítimos.

Además, al desconocer la decisión de la ciudadanía que optó por rechazar por amplia mayoría la propuesta, los políticos están estableciendo públicamente que no son demócratas, y que están dispuestos a cambiar las reglas de la institucionalidad cada vez que lo consideren necesario, persiguiendo solamente su bienestar y pasando por encima del de todos los chilenos.

Ya existen amplios sectores de la sociedad civil trabajando para exponer la ilegitimidad de las pretensiones de políticos de derecha e izquierda e iniciar las acciones necesarias para que este comportamiento sea expuesto en toda su dimensión frente a la ciudadanía.

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