- El presidente de la Asociación Gremial Nacional de Constructoras de Viviendas Sociales (Anacon) entrega su análisis de la industria que está viviendo un periodo con menos recursos económicos por factores como la inflación, alzas de costos de construcción y mano de obra, entre otros, lo que podría afectar a miles de chilenos.
El mayor porcentaje del parque existente de las viviendas sociales y económicas en Chile no cumplen con los estándares mínimos normativos que se aplican en la actualidad para la construcción de estas viviendas, y hoy las familias viven en estos inmuebles deteriorados por los años en condiciones deplorables, de hacinamiento, de riesgo inminente de accidentes y con afectación importante a la salud.
Para abordar esta situación, existen distintos decretos y programas del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU) que otorgan subsidios para proyectos de mejoramiento de estas viviendas, recursos que durante el presente año sufrieron una disminución cercana al 30% por diversas razones como la inflación, alzas de costos de construcción y mano de obra, entre otros, situación que dejaría fuera del beneficio a más de 50 mil familias.
Para conversar sobre los desafíos de este sector y los beneficios que reciben miles de chilenos con estas ayudas del Estado, entrevistamos a Felipe Valdivia, presidente de la Asociación Gremial Nacional de Constructoras de Viviendas Sociales (Anacon).
– ¿En cuánto han disminuido los recursos y subsidios desde el 2019 a la fecha para proyectos de mejoramiento de viviendas sociales?
Los recursos entregados este año para los programas de mejoramiento de vivienda disminuyeron en un 30,5%. En años anteriores se otorgaba alrededor de un 25% del presupuesto total de viviendas sociales para los decretos de mejoramiento, sin embargo, en 2022 ese valor se redujo al 10,9% del total disponible y se ha señalado que el presupuesto 2023 será algo muy similar.
Los montos en UF asignados en mejoramientos en los últimos cuatro años fueron: 10.110540 (2018),12.097.444 (2019), 15.771.360 (2020), 17.990.625 (2021). Y el presupuesto para este año 2022 en los mejoramientos es de 12.496.980 UF, lo que significa una disminución del 30,5% con respecto al año 2021. Y si se relaciona con el presupuesto anual para la cartera del ministerio que fue de 114 millones de UF el monto asignado este año para los mejoramientos solo alcanza el 10,9%, muy por debajo del 25% histórico para estos proyectos.
Con respecto a la cantidad de familias beneficiadas durante el periodo 2018-2022 se entregaron la siguiente cantidad de subsidios de mejoramiento: 107.521 (2018); 108.496 (2019); 124.527 (2020); 142.443 (2021).
– ¿Qué motivos o problemáticas se atribuyen a la baja los recursos? ¿Los costos en los materiales de construcción son uno de ellos?
La disminución del presupuesto del 2022 tiene relación con las alzas de precios de los materiales y mano de obra de la construcción. Ya que el MINVU entregó incrementos a los subsidios a las empresas constructoras para poder sacar adelante los proyectos con subsidios ya otorgados y que se encontraban absolutamente desfinanciados y no eran posibles de ejecutar tal como se habían presentado dada las nuevas condiciones de mercado producto de la pandemia y escenario económico mundial en el cual nos encontramos. Entonces el MINVU está entregando estos incrementos a través del financiamiento que se tenía aprobado para el 2022 para los distintos programas de mejoramiento de viviendas y no se utilizaron recursos independientes para esto.
– ¿Cuáles son los beneficios de este tipo de proyectos a nivel nacional?
Aumentar la superficie de las viviendas de casas y departamentos, disminuir riesgo de accidentes de carácter estructural, evitar posibles incendios provocados por la deficiencia de sus instalaciones eléctricas, erradicar la presencia de asbesto cemento en las construcciones que produce asbestosis (enfermedad grave), mejoramiento de las condiciones de habitabilidad y confort térmico, etc.
– ¿Qué tipo de mejoras son los que se realizan y a qué tipo de viviendas?
Estos subsidios son aplicados a viviendas sociales y económicas existentes en el país, pudiendo ser viviendas unifamiliares, construcciones rurales o condominios de viviendas de edificios. Algunos de los beneficios son: retiro de asbesto cemento utilizado en la construcción de las viviendas; acondicionamiento térmico de las viviendas; reposición completa o mejoramiento de redes sanitarias que presentan un importante deterioro y filtraciones al interior de estas viviendas; reemplazo o mejoramiento de las instalaciones eléctricas que tienen un riesgo inminente en las viviendas por no cumplir los estándares normativos mínimos; eficiencia energética a través de la instalación de paneles solares y fotovoltaicos que permiten un importante ahorro en agua caliente y energía; reparaciones estructurales a través de los subsidios de riesgo, tales como reparación de grietas, reposición de hormigones; construcción de equipamiento comunitario, sedes sociales, mejoramiento de plazas y equipamiento; entre otros.
– ¿Cuántas son las familias y personas afectadas con la paralización de estos proyectos?
En 2021 se entregaron este tipo de mejoramientos a alrededor de 142.000 familias. Aún no tenemos los resultados de todas las postulaciones de este año, pero con la reducción actual del presupuesto podrían quedar alrededor de 50.000 o 60.000 familias sin el beneficio al comparar con el anterior.
– ¿Qué efectos genera este escenario adverso, tanto para las constructoras como para las familias que esperan las mejoras en sus viviendas?
Lo primero es la menor cantidad de familias beneficiadas. Mientras que, por otro lado, existe una pérdida por parte de las constructoras y entidades patrocinantes, que no les permitirá continuar funcionando y deberán cerrar o reducir al mínimo su planta de profesionales y de mano de obra de construcción. Además, se genera una disminución importante de mano de obra contratada y pérdida de especialización de empresas y mano de obra.
– Con una economía a la baja, ¿cómo proyectan la ejecución de proyectos para lo que queda de 2022 y para 2023?
En un escenario nacional tan adverso en el cual nos encontramos hoy, lo que se requiere es reactivar la economía. Este tipo de proyectos de mejoramientos de viviendas, además de ser muy necesarios para las familias que habitan estos hogares, permite una rápida dinamización del mercado, dado que son proyectos muy rápidos de desarrollar y ejecutar, a diferencia de las viviendas nuevas, que si bien son urgentes para disminuir el importante déficit, son proyectos a largo plazo, dado los tiempos que se requiere desde conseguir un terreno, sus estudios respectivos, elaboración de proyecto y especialidades, aprobaciones municipales y la construcción misma. Los mejoramientos de vivienda permiten una inyección rápida de contratación de mano de obra.