También llamada “Ley Uber”, la norma que regula el uso de las aplicaciones de transporte de pasajeros establece requisitos que dejan a más de 5 modelos de vehículos fuera de circulación.
Con polémica ha sido recibida la nueva norma que regula el uso de aplicaciones de transporte, esto debido a los diversos requisitos y obligaciones que establece para las apps y sus operaciones, que se traducen en mejoras en la seguridad de los pasajeros y conductores.
Licencia Clase A2, cilindrada específica para vehículos, además de estándares de antigüedad son algunos de los nuevos requisitos que se deberán cumplir con la entrada en vigencia de la ley el próximo 19 de enero.
Según el texto, los vehículos deberán tener como mínimo una cilindrada de 1.4 litros, no superar los 7 años de antigüedad y cumplir con las exigencias de seguridad, técnicas y tecnológicas que defina la norma, como seguros y otras prestaciones para usuarios.
Por otro lado, se establece la creación de un registro a cargo de la Subsecretaría de Transportes que contará con información de cada aplicación, conductores autorizados, descripción del servicio y tecnología, como por ejemplo reportes de estadísticas, detalles de rutas, cotizaciones de viajes, evaluaciones de usuarios, entre otros.
Desde la empresa Uber, una de las aplicaciones más populares, se inició una arremetida publicitaria y comercial en contra de la norma, indicando que según sus estudios, “el 88% de los viajes en su plataforma no estarían disponibles” y que “1 de cada 2 conductores no podrían operar bajo los nuevos estándares”.
Más seguridad vial para usuarios y conductores
Según expertos, la entrada en vigencia de la norma significa mejores condiciones para los usuarios y operadores, pero también suponen un cumplimiento complejo de requerimientos técnicos.
En el caso de la cilindrada, los expertos coinciden en que este requisito no determina si un vehículo es apto o no para el transporte de pasajeros, mientras sí lo sería una normativa que indique el número de plazas u ocupantes al interior de un vehículo.
Por otro lado, la seguridad es clave para su funcionamiento. La ley contempla, en este sentido, una serie de obligaciones para las empresas que de no complir, se traducen en multas.
Las sanciones, que involucran a la empresa y los conductores, se catalogarán en infracciones según gravedad o reincidencia, en términos operativos y de comportamiento para los operadores, entregando mayores certezas y seguridad a los usuarios. Si las empresas presentan varias infracciones, corren el riesgo de que su autorización en el registro de operadores sea revocada.
En ese sentido, la innovación y la seguridad van de la mano en cuanto a los requisitos técnicos y de conducción que deben cumplir las empresas y sus conductores. Pese a que no existe información oficial en nuestro país sobre las tasas de accidentes viales o usuarios afectados, las empresas mantienen políticas de seguro que ahora serán más estrictas.
Según un estudio realizado en EEUU durante 2018, la cantidad de accidentes vehiculares mortales aumentó hasta un 3,5% en ciudades medianas y grandes desde la aparición de las aplicaciones de transporte. Esto tiene estrecha relación con factores como el volumen del parque automotriz de la ciudad, su geografía, el estado de su infraestructura vial, entre otras cosas.
De esta manera, la tecnología es clave para prevenir y monitorear en sectores clave como intersecciones concurridas o peligrosas, horas puntas o ingreso a autopistas.
Así, son cada vez más comunes los sectores que cuentan con nuevas tecnologías en semáforos o circuitos cerrados de cámaras, todo para el cálculo de tiempos para mejorar los traslados y evitar atochamientos y para monitorear el estado de autopistas y así evitar peligros como excesos de velocidad, robos o automóviles irregulares, respectivamente.
