El país implementó una nueva norma que prohíbe las cajas para llaves, lo que busca fortalecer la seguridad y preservar la estética urbana en un contexto de turismo masivo.
Italia ha dado un paso firme en la regulación de los alojamientos turísticos de corta estancia al prohibir el uso de cajas de llaves y teclados que permiten el auto check-in. Esta medida, que inició en Florencia, ahora se aplica a nivel nacional con el objetivo de combatir riesgos de seguridad, reducir el impacto del turismo masivo y controlar de manera más estricta los accesos a las propiedades.
El Ministerio del Interior italiano argumenta que esta prohibición responde a la necesidad de reforzar la seguridad pública ante eventos de gran envergadura, como el Jubileo Santo de 2025 y los Juegos Olímpicos de Invierno de 2026, que se espera atraigan a millones de visitantes al país.
La nueva normativa elimina la práctica del auto check-in en plataformas como Airbnb y Booking, que ofrecen estadía en propiedades de alta gama o en barrios residenciales, exigiendo que los registros de los huéspedes se realicen en persona en las estaciones de policía locales. Esto reemplaza la modalidad anterior, donde los documentos de identidad eran enviados digitalmente por los anfitriones.
Control más estricto
Además de sus implicaciones en la seguridad, la prohibición ha sido bien recibida por las autoridades locales. El alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, señaló que la eliminación de las cajas de llaves no solo refuerza la protección ciudadana, sino que también mejora la estética de las ciudades.
Por otro lado, se considera que la medida contribuye a prevenir abusos, combatir la competencia desleal en el sector turístico y reducir tensiones en las comunidades afectadas por el auge de los arriendos de corta estancia.
Ante esta decisión, Airbnb ha expresado su apoyo a las iniciativas de seguridad, pero también ha defendido el auto check-in como una solución flexible tanto para anfitriones como para huéspedes.
En un comunicado, la plataforma destacó su disposición a trabajar con el gobierno italiano para encontrar alternativas que aborden las preocupaciones de seguridad sin comprometer la comodidad de los usuarios.
